Este blog existe de manera casual, como las coincidencias, como la vida...¡oh dios mio, una rana!

viernes, 22 de marzo de 2013

Viernes, nes.


Aplanoplos, polos planos, aplastados, planicie, llanura mental, encefalograma plano, encefaloplano grama, encefpuaj!
Así comienza un viernes cualquiera, de un año cualquiera, de una vida cualquiera, en cualquier parte, qué más da.

Verdaderamente me sorprende la profundidad de los textos que han llegado a la modernidad teniendo en cuenta la bajeza que representamos como especie. Incluso con lo pueriles que resultan nuestras mentes en tantísimas ocasiones, sigue permaneciendo en nosotros ese gusto por lo bello y ese ánimo de conservación de lo importante, y me impresiona, incluso en días como hoy, días en los que no sé si hay algo detrás de ese amasijo de carne, vísceras y huesos del que estamos formados. Por suerte parece ser que algo hay.

He leído cosas interesantes hoy. Palabras sobre deidades y cuestiones de género, cuestiones históricas y me han surgido algunas dudas ¿Quién se ocupará de guardar estas reflexiones? Reflexiones quizá salidas de un blog cualquiera, de un anónimo cualquiera desde un ordenador cualquiera en cualquier lugar ¿Tendrán alguna posibilidad de futuro? ¿Serán acaso palabras al viento? Palabras que una vez alguien, alguien cualquiera leyó y quizá guarde en su memoria. Quizá ese alguien cualquiera se los comente a otro alguien y quizá esas palabras den origen a una conversación cualquiera, de algunas personas, que quizá, y sólo quizá,  hagan una reflexión cualquiera en cualquier lugar. Puede que alguien en ese lugar las oiga y se interese y quizá, al final, esas palabras viajen, viajen en manos de cualquiera y lleguen a muchos. O puede que no. Puede que sin los escribanos y con la ascendente desprotección del arte y del pensamiento esas palabras no lleguen más allá de aquel que las leyó y no las guardó en su memoria o, si lo hizo, no las transmitió. Puede que nacieran para hacer un corto viaje para todo lo que representaban. Quizá llevaban una carga demasiado pesada para un viernes o cualquier otro día.

O quizá lo importante no son las palabras sino la reflexión, sea ésta la que sea: ligera, pesada, trascendente, objetiva, tímida, aproximada, imaginativa o incómoda, la que sea.

En realidad no sé si el hecho de la inexistencia de deidades femeninas superiores en religiones masivas ha sido un motor decisivo en la formación  de una sociedad eminentemente machista pero creo que vale la pena reflexionar sobre ello, aunque sea viernes, viernes o cualquier otro día.